No sabemos si Iom Kipur tiene techo, tal vez algunas cosas sean imperdonables, pero queremos creer que cada año que empieza nace una segunda oportunidad para, al menos, perdonarnos a nosotros mismos.
Entre personajes imperfectos, rotos y torpes, los artistas Lautaro Schachmann, Juan Pablo Iglesias, Patricia Suárez, Exequiel Siddig, Fernando Milsztajn, Natalia Slovediansky y Agustín Jais sugieren que perdonar es divino, porque lo divino cura, y si el rencor no nos permite ser buenos, al menos desean que nuestras venganzas sean pequeñas.
Juana Aguirre por Lautaro Schachmann
Toda la obra de Juana Aguirre es un deleite para la escucha. Este tema de su último disco tiene cierto tinte de pesadez y nostalgia, pero deja un mensaje esperanzador: al final, lo divino cura. Este es un lindo momento para pensar en eso: a pesar de todo lo malo que pueda estar sucediendo a nivel personal, nacional e internacional, si nos dejamos llevar por lo divino, aunque atravesar el proceso pueda «ser crudo y duela», al final cura las penas y brilla: brilla el suelo, brilla el cielo…
Lautaro Schachmann vive en Buenos Aires. Es músico y lidera la banda Blau.
Denis Villeneuve por Exequiel Siddig
La célebre historia de Edipo inicia en Delfos con la profecía del Oráculo: el niño en cuestión asesinará a su padre, el rey, y desposará a su madre viuda sin advertir a tiempo ni lo uno ni lo otro. Cuando el cineasta canadiense Denis Villeneuve decidió trasladar esta espeluznante tragedia unos mil kilómetros hacia el Oriente, logró un film que tiene todo lo que debe tener una obra de arte: conmover hasta los huesos. Incendies (2010) cuenta la historia de Nawal Marwan, una mujer que se mueve entre los bandos de la guerra civil del Líbano sorteando la muerte por milagro. La travesía emocional de la actriz belga Lubna Azabal es una proeza.
La película, nominada al Oscar a la Mejor Película de Habla no Inglesa en 2011, actualiza una pregunta difícil: ¿todo es perdonable? ¿Qué habrán pensado El Gaón de Vilna, Maimónides o el Rebe de Lubavitch respecto de “Ni olvido ni perdón”, el lema que propiciaron sobrevivientes y familiares de las víctimas de la dictadura argentina? ¿Iom Kipur tiene un techo? Leemos en Beit Jabad de Uruguay: “La Torá nos prohíbe específicamente vengarnos y guardar rencor”; dice que hay que perdonar “porque es una mitzvá, un mandato divino”. Pero, ¿puede ser posible el perdón para un alma martirizada hasta el extremo, como en el caso de Nawa? ¿Todo es perdonable?
Exequiel Siddig vive en Buenos Aires. Es comunicador digital y periodista. Co-guionó y condujo el programa “A Big Shtetl. Las huellas judías en Buenos Aires” (Canal Encuentro). Escribió el libro colectivo Voltios (ed. Leila Guerriero), y fue actor en las obras “La tribu” y “La boda de Fanny Fonaroff”.
Dillom (y Adam Sandler) por Fernando Milsztajn
En este año nuevo que comienza mi deseo es brindar por las segundas oportunidades. Tener la generosidad de darlas y la suerte de recibirlas. La obra que me inspira es la canción «Ciudad de la paz», de Dillom, que cierra un disco oscuro que le brinda una posible redención a un joven femicida. Una apuesta valiente de este gran artista que sorprende con esta canción pop, melódica y tierna que se aleja de su estilo. Me recuerda la emoción de «Amanece en la ruta», de Sueter, que también relata ese espacio confuso del tránsito hacia la muerte. Y también a la nota que escribimos junto a Leandro Katz sobre el vínculo de Dillom con Jaim, su padre, que calza muy bien con el día del perdón.
De yapa quisiera compartir la contracara, para quienes no pueden soltar el rencor, la canción Voodoo de Adam Sandler, que además de ser un gran actor, tiene unos discos de comedia bárbaros. En algunos incluso tiene canciones en honor a fiestas judías. Esta está en el disco What’s your name y es un reagge con pequeñas venganzas a gente que le hizo mal, como el vecino que no bajaba la música a la madrugada o la señora que lo chocó con el carrito de supermercado. Un deseo de piojos e infección urinaria para sacarse la bronca de encima, porque tampoco podemos ser buenos siempre.
Fernando Milsztajn vive en Buenos Aires. Es periodista, escritor, guionista y director. Hace una década realiza series de comedia; entre ellas las premiadas Un año sin nosotros, Gorda y El sueño del pibe. También colaboró en División Palermo (Netflix). En 2023 publicó Persiguiendo a Yosef, su primera novela.

Brett Goldstein por Juan Pablo Iglesias
Quería hablar del Happy Iom Kipur de Transparent, que es mi serie judía favorita, pero al pensar en perdón, el comediante Brett Goldstein se me aparece en la cabeza. Es guionista y actor de dos series en la que el perdón es protagonista.
Ted Lasso, la serie sobre un entrenador de fútbol americano que va a dirigir un equipo de fútbol fútbol de la premier league, aparentemente es una comedia, pero para mí fue mi salud mental durante el encierro de la pandemia. Me fue sanadora, me ayudó a perdonar, liberarme de cargas que me acompañaron años y más importante aún, perdonarme a mí mismo algunas cosas.
En Shrinking (Terapia sin filtro en español), un psicólogo viudo reciente intenta reconstruir su vida, su relación con su hija y su entorno. Acá el tema del perdón es aún más profundo, porque así lo fue el daño, desafiando los límites en tornó a lo que es perdonable y lo que no.
En tiempos en que se condena tanto el error y el fracaso, son los personajes imperfectos, torpes, rotos incluso, los que realizan un viaje que desde sus fallas los lleva un paso más allá de ser su mejor versión, ser la versión que les permite estar en paz con ellos mismos.
Juan Pablo Iglesias Yacher es escritor infantil y Docente en innovación y emprendimiento. Su primer libro, Iguales a 1 (Daniel e Ismail), sobre un niño judío y uno palestino, ganó el premio al autor emergente de literatura infantil del Consejo Nacional de las Artes y la Cultura de Chile.
Tomás Rawski por Agustín Jais
En este videoarte, Tomás Rawski (cuyas obras son acciones y talismanes para sanar personas, comunidades, países) propone un zapping ideal para Iom Kipur: famosos pidiendo perdón. Me gusta que el título en inglés sea “forgive” y no “sorry” porque deja claro que no se trata de sus disculpas, sino de que nosotros, los espectadores, los perdonemos.
Agustín Jais vive en Buenos Aires. Es artista visual, diseñador, curador y productor. Es fundador y presidente de AJLA.
Rita por Natalia Slovediansky
Rita, serie danesa, hacia el final toca el perdón. Ella es un personaje que, por momentos, es entrañable y te genera curiosidad y ganas de saber más, y al mismo tiempo te genera rechazo porque tiene cosas extrañas de digerir en sus modos y maneras. Todo el tiempo estás en ese doble juego, y hacia el final hay una escena donde ella toca profundamente el poder perdonarse cosas que han pasado, que ella ha hecho en su vida, y me parece que esa es la base fundamental de todo proceso y de todo vínculo: arrancar por perdonarse a uno mismo. Cuando vi ese final lloré un montón; me sentí muy identificada con esa instancia de la vida en la que uno se ve para atrás y puede perdonarse por cosas que le hubiese gustado hacer diferente o haber podido hacer. Creo que aceptar lo que somos y lo que podemos es la base de vivir en paz. Me gustó mucho ese giro que tiene la serie.
Natalia Slovediansky vive en Buenos Aires. Es actriz, dramaturga, docente y productora. Creó la obra La papa y dirige el Festival de Cocina y Teatro Judío de Buenos Aires.

Delphine Horvilleur por Patricia Suárez
Es un buen momento para conocer a la rabina y escritora francesa Delphine Horvilleur. Su libro Vivir con nuestros muertos fue adaptado libremente en Francia con el título «El sentido de las cosas» (originalmente «La Rabina»), una serie que se puede ver en la plataforma Max. Esta serie se centra en las vivencias de una joven rabina que se enfrenta al duelo, las tradiciones judías y las complejidades de la vida. El padre en la serie es psicoanalista y no dejás de identificarte con eso. la contradicción entre una ciencia, una tecnología del yo (inventada por un judío), y la fe en la religión judía de una rabina del siglo XXI.
Patricia Suárez nació en Rosario. Tiene registradas en Argentores 218 obras de teatro; de ellas, están en cartel Podemos ser felices todavía y La vergüenza, sobre una familia judía que descubre que el médico a cargo de la terapia para “corregir” la homosexualidad de su hijo fue un criminal de guerra nazi.
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AJLA es una organización independiente, apolítica y sin fines de lucro dedicada a consolidar una red plural de agentes culturales vinculados a la comunidad judía en América Latina e impulsar la industria cultural de la región.
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